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Casualmente, parte de mi maravillosa velada de ayer la pasé en un concierto. En el cual yo era dueño de dos boletos, comprados con mi propio dinero. Estaba sentado en un lugar y mis cosas estaban en el segundo. Lo cual, por cierto, es muy conveniente. Inmediatamente antes del inicio del concierto, la mujer sentada frente a donde estaban mis cosas, decidió que le convenía más y las acercó a mí, sin siquiera pedirme consentimiento. Pasando a él ella misma. E invitó a la amiga con la que venía a sentarse en su asiento. Afortunadamente, los bancos en los que estábamos todos sentados facilitaron la tarea. Está claro que no me gustó el comportamiento de esta mujer. Ella violó mis límites personales, me distrajo y fue enviada a donde pertenecía. Pero si tuviera una autoestima normal y límites saludables, no habría hecho movimientos tan bruscos. Y yo mismo la invitaría, poniendo mis cosas en mi regazo. Simplemente no canté. Porque estaba ocupado enviando mensajes de texto en mi teléfono.---------------- Cuando se habla de límites personales saludables, con mayor frecuencia se habla de la capacidad de una persona de decir "no pares" a otras personas. Sin embargo, además de esto, también es importante poder decirse no a uno mismo. O mejor dicho, a su niño interior egocéntrico, que cree sinceramente que el mundo es sólo para él. O tal vez se lo deba de todos modos. Este lado se manifiesta tanto en aquellos que no están en absoluto en contacto con sus valores y límites personales, y su autoestima está inflada, como en aquellos que recién están aprendiendo a defenderlos. Cuando una persona está al comienzo de su viaje de autoaceptación y capacidad de construir límites personales, es muy importante que los construya en torno a su valor. Entonces será más fácil controlarlos y mantenerlos, haciéndolos más flexibles en algunos lugares, menos flexibles en otros, acercándolos en otros y alejándolos en otros. El valor de uno mismo conduce al valor de los demás. Y mientras ella no está, una persona transfiere una y otra vez la imagen de sus padres a los demás. Y no sólo lo soporta, sino que al mismo tiempo él mismo se encuentra en una situación infantil. De lo cual sinceramente parece que el mundo le debe algo. Y debo mucho. Y como un niño que empieza a repetir: ¡dalo! ¡dar! ¡dar! Algunas personas lo dicen y lo hacen abiertamente, mientras que otras lo demuestran ofendiendo. Pero la esencia sigue siendo la misma. ¡Dámelo mamá (papá)! ¡¡¡Me debes todos estos años !!! Pero el otro no es su padre. Y ella no quiere cargar con sus cargas. Esto significa que, habiéndose cuidado a sí mismo, le responderá cuando quiera que sea necesario: ¡no! Valórate a ti mismo, tu espacio personal, tu tiempo, tu vida. Entonces será más fácil apreciar a otras personas. Ahora estoy hablando de autoestima y autoestima saludables, no infladas. Y entonces el mundo con gusto te dará un lugar mejor, quitándole sus cosas. Después de todo, al mundo realmente le gusta ser amable)---------------- Elena Denisenko Bravitskaya - psicóloga clínica, enfoque integrador de la terapia. En línea. Reserva una consulta conmigo a través de mensajes en WhatsApp o Telegram +79859942455

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